viernes, 29 de noviembre de 2013

¡ Y que se acaba el curso!

Seamos sinceros, cuando me dijeron que tenía que cursar en mi primer semestre Español 1, dije: "¡Diablos otra vez no!". Era de esas materias que anhelaba dejar atrás en la preparatoria y me la volvían a imponer en la universidad. Así que el primer día venía con toda la mentalidad que iba ser la típica clase de Español: leer innumerables páginas de libros de texto o diapositivas, realizar extensos resúmenes, aprender la típica estructura de un ensayo, entre otras. Ya se imaginarán. 

Pero, ¡Oh sorpresa! Desde que llegué vi a un maestro totalmente diferente, super energético, abierto y que se le notaba la pasión para ensañar. Y el ambiente en el salón fue único, gracias a las actividades iniciales que propuso Sergio, logramos conocernos mutuamente y entrar en confianza muy rápido. Además cada una de sus clases eran únicas, cada una tenía un propósito especial y eran cosas que nunca esperarías hacer en una clase de Español. Sergio es de cambios radicales, y estos me gustaron. 

Claro no todo fue de color de rosas. El curso no es para gente floja o que no le gusta hacer nada, ni leer. En realidad tienes que esforzarte mucho, leer demasiado, desarrollar habilidades que nunca creías poder haber tenido, y ¿por qué no?, sufrir muchas noches y días de desvelo, estrés, y "negreo" total.

Pero cada vez que acababa cada uno de los pesados proyectos de Sergio, sentía una gran sensación, de felicidad pura, ya que superaba un reto más.
Por último, está clase fue diferente, pero eso me gusto, además aprendí muchas cosas, mejoré mucho mi escritura y sobre todo me voy con un gran sabor de boca.
Si en verdad quieren aprender cosas nuevas y superarse, quédense en el curso con Sergio. Aprovechen todo su conocimiento y pasión por enseñar. 

Hasta pronto, y a lo mejor en un futuro regresaré a escribir en este blog. 
Au revoir! :)

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